El periodista Manuel Espín publica 'Mujeres en el filo de la navaja', un
retrato de veinticinco de ellas que destacaron por "salirse de su
papel" durante el siglo XX en España
PUBLICO.ES / EFE Madrid 27/05/2012
Cuando el
periodista Manuel Espín decidió escribir Mujeres en el filo de la navaja
(Corona borealis), un retrato de veinticinco de ellas que destacaron por
"salirse de su papel" durante el siglo XX en España, "no
quería entrar en reglas y en doctrinas, sino solo contar la realidad tal como
fue".
De esta
forma resume Espín su última obra, un libro que a pesar de revindicar a mujeres
"inteligentes y con vocación, que lucharon contra la frustración que
sentían ante su realidad", como las describe Espín, no tiene una vocación
feminista, según dice el propio autor.
Entre las
seleccionadas aparecen nombres del deporte como la polifacética Lili
Álvarez, primera finalista española del torneo de Wimbledon, que también
fue precursora en el campo de golf; o la "Isadora Duncan española",
Tórtola Valencia, una icónica bailarina de la Belle Époque que no se
plegó a usar corsé sobre el escenario. "La lucha de Valencia sería
equivalente a la que hoy vemos con las mujeres obligadas a cubrirse con un velo
por motivos religiosos", compara Espín.
Hay otros
nombres de intelectuales no tan desconocidas, pero que le deben la mayor parte
de su fama a sus relaciones con hombres en los que influyeron notablemente. Así
aparecen Zenobia Camprubí, que "sacó del hoyo a Juan Ramón Jiménez
a costa de renunciar a su carrera"; María Teresa León que "se
ha quedado reducida a la sombra que Alberti proyecta" porque el
reconocimiento le llegó tarde: cuando ambos regresaron del exilio ya estaba
afectada por el Alzheimer.
A parte de
la memoria de estas mujeres, Espín también reclama dos lugares de encuentro y
debate femenino creados en la primera mitad del siglo pasado: la Residencia
de Señoritas y el Lyceum Club Femenino, cuyos miembros eran llamadas de
manera despectiva "maridas" .
En ellos, se
reunían estas mujeres que en la mayoría de la ocasiones "tuvieron que
luchar para encontrar un sitio en la universidad o poder estudiar" y
que, a pesar de ello, "eran mujeres que dominaban varias lenguas y con una
perspectiva muy cosmopolita".
Fuera de
esta relación se han quedado tantos nombres "como para hacer otro libro
con otras treinta o cuarenta mujeres", incluyendo a la actriz María
Guerrero o a la infanta Eulalia de Borbón, hija de Isabel II, que es nombrada
en el libro y cuya su crítica a la falta de educación de la infantas
"que solo cosían y bordaban" se convirtió en uno de los escándalo
que protagonizó durante su vida.
Para
Espín, que también ha participado en la realización de más de una decena de
películas, programas de televisión y documentales, todas estás mujeres merecen
"su película", pero sin que fueran representaciones falseadas
"que consiguen que el ayer sea como el hoy pera con un vestuario
diferente" como considera que son las que dominan en la actualidad.
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