CARLOS PREGO - Santiago
EL PAÍS - 31-08-2010
La infancia a caballo entre embajadas sudamericanas, las grandes cities británicas y su Vigo natal hicieron de Eduardo Martínez Alonso (Vigo, 1903) un gentleman de sonrisa gallega. Su vocación médica y una ética contraria al embozo de las banderas pusieron el resto para convertirlo en uno de los 164 agentes secretos españoles (SOE, en sus siglas en inglés) con los que el Gobierno de Winston Churchill salvó en los años cuarenta a 300.000 refugiados huidos de la Alemana nazi. Su misión consistía en burlar los controles de la Gestapo para que polacos y judíos pudiesen alcanzar sin riesgo la frontera lusa.
La historia de Eduardo Martínez permaneció oculta en los ficheros de la National Archives de Londres hasta que en 2005 la hija de ex agente, Patricia Martínez, pudo acceder a ellos. El motivo: el goteo de anécdotas y pasajes sin conexión que escuchaba de niña y que su padre nunca le pudo aclarar por el juramento de silencio que en 1943 hizo al Servicio de Inteligencia Secreto (SIS). "Nunca lo dijo", aclara Patricia Martínez, "de niña escuchaba comentarios que fueron despertando mi curiosidad". Los archivos, el rosario de anécdotas que conserva y los testimonios de su propia madre, Ramona de Vicente, constituyen ahora el argumento de La clave de Embassy, la novela que acaba de publicar relatando la hazaña de su padre.
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