La represión en el país asiático obliga a la mayoría de homosexuales a esconderse tras un matrimonio
Los
homosexuales en China llevan años luchando para que la sociedad los trate como
gente normal y no como enfermos mentales, condición que ostentaban por ley
hasta el año 2001. En la última década han dado grandes pasos para normalizar
su situación, pero hay otra comunidad todavía más perjudicada que apenas está
empezando ahora a hacer oír su voz. Se trata de las esposas de hombres
homosexuales, conocidas como tongqi
(combinación de las palabras "tongzhi", o camarada,
equivalente a gay en el argot chino, y "qizi", esposa en mandarín).
Se
estima que entre un 15 y un 20% de gays se casan con mujeres en Estados Unidos.
En China, la cifra alcanza un abrumador 90%, lo que eleva el número oficial de tongqi a 25 millones de
mujeres, aunque habría que sumar varios millones más en la sombra. La
explicación a este sinsentido es la obligación de todo hombre en China a tener
descendencia. No tener un hijo implica una terrible vergüenza tanto para él
como para toda su familia.
"La
sociedad no te va a permitir vivir tranquilo si no estás casado. La gente
pensará que eres anormal o un pervertido, poco menos que un monstruo",
explica a Público He
Xiaopei, directora del centro de inves-tigación sexual Espacio Rosa.
"Incluso para comprar una casa o buscar trabajo es necesario estar casado,
ya que eso se asocia a la estabilidad. La gente cree que eres heterosexual
automáticamente al nacer, hay una presión enorme", prosigue.
Abandono y violencia
Como
resultado, millones de hombres gays y sus esposas quedan condenados a una
relación viciada desde el principio, aunque ellas sólo lo descubren una vez
celebrado el matrimonio. Xiao Yao comprendió su tragedia en junio de 2007,
cuando al poco de casarse descubrió que su marido mantenía una relación
sentimental con otro hombre. Después de un año, se divorció y creó la primera
web para tonqgi,
llamada La casa de las esposas de hombres gay en China. Hoy también gestiona
una línea telefónica de ayuda a estas mujeres en la ciudad de Xi'an.
Pero
han sido las redes sociales como Weibo (el Twitter chino) las que han impulsado
el movimiento de estas mujeres, que han comenzado a encontrarse unas con otras
para compartir experiencias e intercambiar consejos. Sin embargo, todavía hay
muchas esposas que no saben que la negativa de sus maridos a mantener
relaciones sexuales con ellas se debe a su homosexualidad, ya que simplemente no
conciben esa opción.
Sin interés sexual
La
primera vez que una tongqi
acudió a la consulta del profesor Zhang Beichuan fue en 1997. Desde entonces,
este psicólogo especializado en homosexualidad ha conocido a cientos de mujeres
en la misma situación. Algunas recién casadas, algunas embarazadas, otras ya
incluso abuelas. "Su principal sentimiento es el abandono y la violencia
fría. Es inevitable: sus maridos no tienen ningún interés sexual en ellas, y
eso las hace sentir culpables. Algunas me preguntan cómo pueden conseguir que
su marido cambie su orientación sexual", explica Zhang a este diario.
"Para mí, gays y tongqi
son iguales, y es nuestra responsabilidad ayudar a ambos colectivos
a sufrir menos", prosigue.
"Algunas
mujeres incluso intentan suicidarse cuando descubren que su marido es
homosexual", apunta He Xiaopei. Aun así, los expertos insisten en que no
se debe culpar a los hombres homosexuales por casarse con mujeres, debido a que
la presión social es tan brutal en China que no les queda otra salida.
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