La socióloga Catherine Hakim es la autora de 'Capital erótico', un ensayo
polémico que ha dividido al feminismo
PAULA CORROTO MADRID 01/02/2012 08:00
El
lanzamiento de Capital erótico (Debate), el año pasado en Inglaterra,
puso el gritoen el cielo de muchas feministas anglosajonas. Su autora, la
socióloga Catherine Hakim, profesora de la London School of Economics, se
atrevía a lanzar ideas como la despenalización de la prostitución, debido a las
diferencias en cuanto al deseo sexual, mayor entre los hombres que en las
mujeres. También señalaba que la mujer debía aprovechar más su belleza y
erotismo para sacar más ventajas sociales y económicas. Muchas feministas se
preguntaron si era una vuelta al feminismo prerrevolución sexual o si este es
el feminismo del futuro. Ayer, Hakim estuvo en España para explicar sus
polémicas conclusiones.
Usted
habla de sacar más réditos al capital erótico que tienen las mujeres. ¿Esto no
supone una condena más para la mujer? Es decir, se exigen estudios, ser una
buena ama de casa y, además, estar superficialmente perfecta.
Lo que yo
digo es que las mujeres ya tienen un capital erótico superior al de los
hombres. El problema es que no están obteniendo beneficios de ese capital. Los
estudios afirman que los hombres consiguen un 17% de sus salarios siendo
guapos, mientras que las mujeres, sólo el 12% más siendo atractivas. Vemos que
también hay discriminación sexual. Así que las mujeres tienen que recuperar el
tiempo perdido, porque los hombres están consiguiendo más beneficios de su
capital erótico que las mujeres.
Pero,
entonces, ¿el hecho de que la diferencia salarial se mantenga en España en
torno al 17% es porque la mujer no se explota físicamente?
Del mercado
laboral español no tengo datos definitivos. Sé que hay diferencias en los
salarios, pero no se han realizado estudios en España para explicar si esto se
debe a la educación, los estudios, la experiencia o qué. En Reino Unido y
Estados Unidos sí se han de-sarrollado estudios y hay una diferencia en los
salarios que se explica debido al tipo de educación, los sectores, la
pertenecía a sindicatos, etc. En cualquier caso, no estoy convencida de que en
España haya discriminación sexual. De hecho, aquí, la diferencia salarial entre
hombres y mujeres es menor que en otros países.
En el
libro afirma que los feminismos francés y alemán han ido por caminos diferentes
al anglosajón. ¿Qué les diferencia del británico? ¿El puritanismo?
Es evidente
que la cultura puritana ha tenido un efecto enorme en todo el norte de Europa a
la hora de menospreciar el placer, la belleza y la sexualidad, incluso como
algo digno de vergüenza. Esta es una actitud muy diferente a la de los chinos,
japoneses, franceses
Pero, en
España, hemos sufrido un catolicismo exacerbado que también ha aniquilado la
sexualidad de la mujer.
Creo que el
catolicismo nunca ha tenido una actitud negativa hacia la sexualidad del mismo
modo que la cultura puritana. En los países católicos, se celebra el carnaval
con todos sus excesos. Y eso es algo que no ocurre en la Europa del norte. Es
una cultura diferente.
En su
libro también habla del "déficit sexual masculino". Esta conclusión
destruye años, décadas de discurso intentando igualar a hombres y mujeres más
allá de su capital erótico. ¿No es su libro una vuelta atrás?
Yo no he
realizado los estudios sexuales. Lo único que he hecho es recopilarlos. Y todos
muestran lo mismo: los hombres tienen un mayor deseo sexual que las mujeres, en
particular a partir de los 30-35 años. A partir de esa edad, la diferencia va a
agrandándose y eso es algo que debemos reconocer. Es interesante que la mayor
parte de los hombres hayan dicho que lo único cierto que hay en este libro es
que existe este déficit sexual.
Esta
conclusión se relaciona con la prostitución. Usted defiende su legalización.
Yo creo que
no hay que prohibirla ni promoverla. La mayor parte de los países la penalizan
y yo creo que deberíamos despenalizarla. Es la misma conclusión a la que llegó
la OIT [Organización Internacional del Trabajo] en un estu-dio sobre la
prostitución en Filipinas, Malasia, Indonesia y Tailandia: la regulación no
funciona y la penalización es un desastre para hombres y mujeres y, por tanto,
lo que hay que hacer es legalizarla. También se puso de manifiesto que las
mujeres a las que les gusta el sexo podrían llegar a ganar entre un 20 y 40%
por este tipo de trabajo que por otro, te-niendo los mismos estudios.
No todas
ganan este 20-40% más. Si se puede elegir, quizá sí, pero hay muchas mujeres
sometidas a la trata de blancas.
Los estudios
de la OIT muestran que trabajan en condiciones que no son diferentes a los de
otros trabajos. Incluso pueden llegar a ser mejores. La polémica con respecto a
la trata de blancas no está justificada, porque esto no está basado en estudios
científicos, sino que forman parte de campañas políticas, que no tienen nada
que ver con los hechos. La mayor parte de la gente que trabaja en esto lo hace
en condiciones normales. El Ministerio de Interior británico trató de
establecer estadísticas de mujeres víctimas de trata y estas sólo suponían el
5% de las mujeres dedicadas a esta ocupación. Según los otros datos, parece que
todo el mundo fuera víctima de trata, y no.
Teniendo
en cuenta sus datos, ¿cuál es la razón para que no se haya legalizado? ¿Es
moral?
A
mí la moralidad no me interesa. Y el estudio de la OIT tampoco trataba de
cuestiones morales. Lo único que decía era lo que funcionaba y lo que no
funcionaba. Y la penalización no funciona. No ayuda a las mujeres y hace que su
situación sea peor. Y, por tanto, mi punto de vista y el suyo es que debe
despenalizarse.
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