Francia retira al autor de los homenajeados del año por su antisemitismo
ANA TERUEL | París 21/01/2011
No habrá homenaje oficial en Francia por el cincuenta aniversario de la
muerte de Louis-Ferdinand Céline, fallecido el 1 de julio de 1961. Así lo ha
hecho saber hoy por la tarde el titular de Cultura, Frédéric Mitterrand, tras
varios días de polémica. Escritor de talento indiscutible a la par que notorio
antisemita, Céline formaba parte de la Selección de celebraciones nacionales
2011, una lista de eventos y personalidades retenidos por un comité de expertos
para ser homenajeados este año por la República Francesa. La publicación,
editada por el Ministerio
de Cultura, debía ser presentada hoy. Pero el ministro dio marcha
atrás en el último momento, accediendo a la petición formulada unos días antes
por al abogado Serge Klarsfeld, conocido cazador de nazis y presidente de la
asociación de hijos de deportados judíos FFDJF.
"Tras una profunda reflexión, y sin dejarme llevar por la emoción
del momento, he decidido que no figure Céline en las celebraciones
nacionales", ha explicado Mitterrand en la capilla de la escuela de Bellas
Artes de París. El ministro ha subrayado la contribución del autor a la
historia de la literatura, pero "el hecho de haber puesto su pluma a
disposición de una ideologías repugnante, la del antisemitismo (...) no se
inscribe en el principio de las celebraciones nacionales".
En efecto, el escritor que denunció con ingenio la guerra y el colonialismo
en Viaje al fin de la noche, fue el mismo que no perdió ocasión de dejar
clara su aversión por los judíos, como quedó plasmado en sus violentos
panfletos antisemitas de los años 30, entre los cuales destaca Bagatelas
para una masacre.
"Pensaba que la opinión había evolucionado y que las clases
dirigentes lo tenían en cuenta", ha reaccionado el académico Henri Godard,
uno de los mayores especialistas en Francia del escritor. "Estoy un poco
indignado, pensaba que este tema estaba solucionado cuando se me pidió escribir
la nota". El crítico literario había redactado el ensayo que en principio
la publicación del Ministerio de Cultura iba a dedicar a Céline y que hasta
esta tarde estaba disponible en la página en
Internet de los Archivos Nacionales.
En ella Godard empezaba de entrada con la pregunta: "¿Debemos,
podemos celebrar a Céline?", consciente de los recelos que levanta el
autor. "Fue un hombre de un antisemitismo virulento (...) pero es también
el autor de una obra novelesca de la que se ha convertido en habitual decir,
que con la de Proust, domina la novela francesa de la primera mitad del siglo
XX", añadía.
"Excelente escritor, perfecto cabrón"
"Céline es un excelente escritor, pero un perfecto cabrón",
resumió por su parte el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë,
entrevistado en la radio antes de conocerse la decisión de Mitterrand. El político
justificaba su apoyo a la asociación presidida por el letrado Serge Klarsfeld, que en un comunicado
publicado esta semana exigía la retirada de Céline de la lista. El abogado
reclamaba al titular de Cultura "renunciar a echar flores sobre la memoria
de Céline, de la misma forma que [su tío, el presidente] François Mitterrand se
vio obligado a no depositar un ramo sobre la tumba de [el mariscal] Pétain",
cabeza del régimen colaboracionista de Vichy a la vez que héroe militar de la
primera guerra mundial.
Otros opinan sin embargo que es tiempo de
enfrentarse de una vez al enigma Céline, con todas sus contradicciones.
"Aunque la conmemoración sirviese solo a eso (...) a empezar a entender la
oscura y monstruosa relación que ha podido existir, en el caso de Céline al
igual que en otras personalidades, entre el genio y la infamia, habrá sido no
solo legítima, sino útil y necesaria", escribe al respecto el filósofo
Bernard-Henri Lévy, en la revista digital La Règle du Jeu.
Ningún comentario:
Publicar un comentario