Una monumental edición discográfica rememora la guerra de Vietnam
ANNA-MARIA HOLLAIN - Madrid - 04/01/2011
Chorando a morte do seu home, atopado nunha foxa común, 1969 (Horts Faas) |
"Fue de las primeras canciones que trataban la guerra de manera sarcástica.
Y choca porque la letra carece de simbolismo", explica McDonald desde
California. Tanto es así que frases como "no dudéis en mandar a vuestros
hijos a Vietnam porque podéis ser los primeros de la manzana en verlos volver a
casa en una caja" siguen impidiendo que salga por la radio en el país de
la libertad. "La gente se siente ofendida aunque es humor negro. Desde el
11-S reina la misma corrección política que en 1960", opina el cantante.
8.774.000 soldados estadounidenses sirvieron -de los cuales 58.220
dejaron su vida- en la guerra de Vietnam (1964-1973), cuya sombra persigue no
solo a los supervivientes. Next stop is
Vietnam. The war on record 1961-2008, una colección de 13 discos
completada por un libro de más de 300 páginas con cientos de fotos y numerosos
ensayos, explora aquel trauma que polarizó a la sociedad estadounidense a través
de su impacto en la música popular. El equipo de la discográfica alemana Bear Family
Records, famosa por sus cuidadas reediciones, seleccionó más de 300
canciones, algunas atemorizantes, otras casposas y muchas capaces de provocar
un nudo en la garganta.
Refuxiándose dun bombardeo do Vietcong, 1966 (Horts Faas) |
No faltan grabaciones de los presidentes Johnson y Nixon, ni de la actriz
y activista pacifista Jane Fonda o de Hanoi Hannah, la voz en inglés de la
propaganda de los Vietcong, que con sus burlas debía desmoralizar a las tropas
enemigas. Están los éxitos de The Doors, Bob Dylan, Marvin Gaye o Yoko Ono,
aunque conseguir los derechos fue imposible en el caso de Ohio de Crosby, Stills, Nash and Young, sobre el
asesinato de cuatro estudiantes por parte de la Guardia Nacional en Ohio.
Único es el material que los mismos soldados grabaron en los campamentos
-allá donde fueran, incluida la jungla, los yanquis se llevaban su música,
en vinilo y cinta magnética-, y luego como veteranos, que se estrena en dos
discos de la antología. Aunque algunas canciones hablan de conflictos
recientes, como Don't give us a
reason, de Hank Williams Jr.,
que después de la invasión de Kuwait por Sadam Husein en 1990 advierte a este
que el desierto no es Vietnam, la mayoría de los temas de la posguerra giran
alrededor de los viejos fantasmas. Vietnam foreign correspondent, de The Peacemakers Band (2004), recuerda el
fotoperiodismo de revistas como Life,
Look y Time Magazine, cuyos fotógrafos intentaban "salvar
vidas con una Leica en lugar de un M-16". Nunca más los periodistas tendrían
ese acceso casi ilimitado a las guerras. "La gente entonces luchaba con
armas y guitarras. No escribiría una canción sobre Irak o Afganistán incluso si
fueran las últimas guerras en esta tierra. No tienen nada romántico",
apunta Tim Otto, cantante de The Peacemakers Band, que era un niño cuando las
tropas estadounidenses despejaban el terreno Vietcong con Agent Orange.
EE UU ha vuelto a la polarización, pero no solo sus guerras son
distintas. "Nuestra música era rock and roll y eléctrica,
controvertida en sí misma: la gente la odiaba", cuenta McDonald, cuya
famosa canción, por cierto, es una de las favoritas de los veteranos de
Vietnam.
Ningún comentario:
Publicar un comentario