Naciones Unidas calcula que llegan unas 2.000 personas al día y que desde
octubre ha aumentado en 140.000 retornados
ÁLVARO DE COZAR | Juba 10/01/2011
El referéndum que celebra Sudán del Sur para convertirse en
el 53º Estado de África y separarse de Jartum empieza a generar
problemas. La cantidad de retornados que están llegando a la zona amenazan con
generar una crisis humanitaria.
Desde Jartum llegan todos los días barcos con unas 600 personas a bordo.
Se trata de naves en mal estado con una plataforma donde van todos hacinados,
al aire libre, conviviendo y cocinando como pueden. Naciones Unidas
calcula que llegan unas 2.000 personas al día y que desde octubre ha aumentado
en 140.000 personas, sin contar con los que siguen llegando a diario.
La zona se está convirtiendo en lugar de refugiados, con la gente instalándose
a las orillas del río Nilo porque no tienen donde ir en Juba. Empiezan a tener
problemas de agua y alimentos. Conscientes del problema, la ONU y la Unión
Europea tratan de mantenerla situación bajo control y van a hacer lo posible
para que no vaya a peor. Para ello van a empezar llevar a las personas a otros
lugares de Sudán del Sur.
El voto sigue, hoy menos que ayer. A pesar de tener toda la semana para
votar, miles de personas acudieron ayer a las urnas horas antes
de que se abrieran los colegios electorales . "Hemos venido tan
temprano porque llevamos toda la vida esperando esto", afirmó Ateny Wek,
de 47 años, vestido de traje para la ocasión. "Los que nacimos en la
guerra, crecimos en la guerra. Solo tuvimos 11 años de paz para ir a la
escuela. Al fin tendremos un país del que sentirnos responsables".
El lugar de encuentro de las autoridades fue el colegio instalado junto a
la tumba de John Garang de Mabior, el héroe de Sudán del Sur, fallecido en un
accidente de helicóptero en 2005. Hasta allí se dirigió Salva Kir Mayardit,
presidente de la región y el primero en votar, a las ocho de la mañana. Ante
miles de personas, el líder de los sureños, bastón en mano y sombrero de
cowboy, hizo el mismo recorrido que sus compatriotas; se registró, se ocultó en
una cabina hecha de cartones para asegurar que su voto era secreto, introdujo
la papeleta en la urna y luego mostró la palma de su mano con el dedo manchado
de tinta en señal de que su voto había sido favorable a la secesión.
Un dato significativo es el voto de los
sudaneses del sur residentes en Kenia, que están acudiendo en masa a votar en
los colegios abiertos. De los alrededor de 60.000 sudaneses del sur registrados
para votar en el extranjero, algo más de 15.000 están en Kenia, de ellos 5.000
en Nairobi, otros 5.000 en el campo de refugiados de Kakuma y el resto en otros
lugares.
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