Blair dice
ahora que lamenta la pérdida de vidas humanas en Irak
IÑIGO SÁENZ
DE UGARTE CORRESPONSAL 21/01/2011
Retrato de Blair feito cos nomes dos soldados mortos en Iraq |
Hace un año, Tony Blair no
quiso dar a sus rivales el titular que esperaban. Cuando le preguntaron en la
comisión de investigación de la guerra de Irak si lamentaba algo de su decisión
de invadir el país, reaccionó con furia y una frialdad de hielo. Si acaso, asumía
la responsabilidad, algo bastante obvio. Sus palabras fueron recibidas con una
mezcla de indignación y perplejidad.
Esta vez, no cometió el
mismo error. En su segunda y última comparecencia, el ex primer ministro explicó
que nunca pretendió hacer creer que no sentía en absoluto la muerte de tantas
personas:
"Quería dejar claro
que desde luego lamento clara y profundamente la pérdida de vidas, sean de
nuestras Fuerzas Armadas, de otras naciones, de los civiles que ayudaron al
pueblo de Irak o de los propios iraquíes".
Pero el dolor de los que
perdieron a sus seres queridos en esa guerra es demasiado grande como para que
esas palabras sirvan de algo. Mucho menos cuando llegan con un año de retraso. "¡Demasiado
tarde!", gritó en la sala uno de los familiares de los militares
muertos en Irak. Dos mujeres se dieron la vuelta, llorando, y abandonaron la
sala en ese momento. El presidente de la comisión pidió silencio y poco después
dio por cerrada la comparecencia. Entonces una mujer que se dirigía a la salida
le espetó a Blair: "Mentiste y tus mentiras mataron a mi hijo. Espero que
puedas vivir con eso". Era Rose Gentle, madre del soldado Gordon Gentle,
que murió en Irak con 19 años.
Discurso belicista
Es difícil o imposible que
estas personas puedan perdonar alguna vez al ex primer ministro. De hecho,
antes de que pronunciara esas palabras, Blair ya había causado murmullos y
expresiones de estupor con su discurso belicista en relación a Irán.
El baño de sangre de la
posguerra iraquí y la inexistencia de las armas de destrucción masiva, con las
que los gobiernos de EEUU, Reino Unido y España justificaron la invasión, no
han hecho cambiar ni un milímetro a Blair. Aún piensa que ante una amenaza en
Oriente Próximo, Occidente debe responder con la fuerza si la presión diplomática
resulta inútil.
Blair sostiene que
Occidente adopta una actitud resignada ante Irán, a pesar de las sanciones
impuestas por la ONU. Él quiere más. Irán es una amenaza inminente a la que habría
que responder de la misma forma que se hizo con Irak: "Van a continuar [con
su programa nuclear] hasta que tengan que enfrentarse a una decisión firme [de
Occidente] y, si es necesario, al uso de la fuerza".
La comparecencia
transcurrió en los mismos términos que la primera. Los interrogadores hacían
preguntas demasiado generales y Blair no tenía problemas para quitárselos de
encima. El asunto más delicado era el de la legalidad de la invasión. El fiscal
general, Peter Goldsmith, no creía que fuera legal sin una segunda resolución
de la ONU. A pesar de que Blair lo sabía, eso no le impedía declarar en público
lo contrario.
¿Por
qué? Blair respondió que podía ignorar el consejo de
Goldsmith, ya que se trataba de un informe "provisional". A la hora
de la verdad, y tras un viaje a EEUU, Blair sabía que podría convencer al
fiscal general.
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