La dependencia económica, la emocional y los hijos dificultan
pedir ayuda - En 2010 ha habido 15 mujeres muertas más que el año
pasado
MARÍA R. SAHUQUILLO - Madrid -
Por los hijos. Por dependencia económica. O emocional. Porque
no se atreven a hacerlo. Solo el 28% de las mujeres asesinadas este año
a manos de sus parejas o ex parejas había denunciado a su maltratador.
Únicamente 20 de las 71 víctimas mortales. Una cifra que revela un
problema que alarma a los expertos que, al hacer balance de uno de los
años más negros de esta lacra, se preguntan por qué a pesar de las
campañas aún existe una bolsa de maltrato oculta. Desde 2006 -cuando se
incluyó esta variable en las estadísticas-, el porcentaje de víctimas
mortales de violencia de género que había denunciado nunca ha pasado del
31%.
Este año tampoco. Los logros de 2009, cuando se consiguió que hubiera
menos asesinatos de género, se han diluido en 2010. Las cifras han
vuelto a repuntar. Este año los machistas han asesinado a 15 mujeres más
que el anterior. La lacra no cesa y las autoridades advierten: si no
hay denuncia, es muy difícil por ahora brindar la protección que las
víctimas precisan.
Carmen tardó años en dar el paso. En los más de
10 que llevaba casada, los malos tratos físicos y psicológicos fueron
constantes. Prefiere no dar su verdadero nombre, y con voz muy suave
cuenta que se casó joven, con apenas 20 años, y que los golpes llegaron
muy pronto. "Antes ya me había apartado de mi familia y de mi entorno.
Cuando me dio la primera bofetada yo ya vivía por él y para él. Me
sentía inútil, ridícula, tonta", recuerda. Pronto llegó su primer hijo. Y
después el segundo. Pensó que ya no podía dejarle.
Esta mujer de
32 años explica que se sentía como una muñeca que intentaba no enfadar
al ogro. "Pero siempre encontraba motivos para la bronca", narra. "No
podía hacer nada. Me ocupaba de los niños y de la casa. Me dejaba ir a
rec.ogerles al cole y de vez en cuando a tomar un café con las otras
madres", dice. Nunca contó a nadie lo que le estaba pasando.
El
día que decidió huir fue por los niños. "El pequeño llegó histérico del
cole con una carta de su profesora. Se había peleado y lloraba por miedo
a que su padre se enterara", cuenta. Ese día, Carmen decidió irse. Los
motivos que la habían retenido junto a su agresor se esfumaron. Los
hijos, la falta de dinero, el miedo de no tener donde ir... Las lágrimas
del niño los borraron esa mañana.
Los motivos de Carmen no son
extraños. Son muchas las mujeres que tardan en dar el paso. O que, como
más del 70% de las asesinadas este año por los machistas, nunca llegan a
darlo. "Muchas de las mujeres víctimas de maltrato ven su situación
como algo normal. Han vivido una serie de cosas que les han llevado a
pensar incluso que lo que están pasando es su culpa y perciben la
denuncia como una medida exagerada", apunta Miguel Lorente, delegado del
Gobierno contra la Violencia de Género. Su percepción del riesgo que
corren es baja.
También hay que tener en cuenta la parte
sentimental. "Cuando la víctima piensa 'qué voy a hacer, ¿voy a
denunciar a mi marido, al padre de mis hijos, para que se lo lleven
esposado, para que me señalen como una mujer maltratada?", dice el
delegado del Gobierno. Igualdad detecta otro factor: muchas no saben
cómo les ayuda la denuncia.
Esa una de las cuestiones que apunta
Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Asociación de Mujeres
Divorciadas y Separadas, que lleva años trabajando con víctimas de la
violencia de género. "Ellas ven que apenas hay beneficios si denuncian",
critica. "Lograr medidas de protección es complicado y no quiere decir
que vayan a funcionar", añade. Pérez del Campo sostiene además que la
culpa de que muchas mujeres no den el paso de acudir a las autoridades
es de la campaña de las denuncias falsas: "Si una maltratada percibe que
se cuestionan las denuncias ve alimentados sus miedos. Ve cumplido lo
que el maltratador le lleva diciendo tiempo, que nadie la va a creer".
Inmaculada
Montalbán, presidenta del Observatorio de Violencia de Género del
Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sostiene, sin embargo, que el
sistema funciona. En los tres últimos años se han interpuesto 471.000
denuncias por violencia de género. Han aumentado un 17% desde 2007. "Si
las mujeres no denuncian no podemos protegerlas. Eso es lo que muestran
las estadísticas", esgrime. Montalbán pone un ejemplo: en los cinco años
de funcionamiento de los juzgados especializados se acordaron más de
140.000 órdenes de protección y se quebrantaron con resultado de muerte
47, es decir, un 0,03%.
Que aflore esa bolsa de maltrato oculta es
uno de los retos para 2011. Para ello, Igualdad pondrá en marcha
programas de detección precoz en los que colaborarán médicos de atención
primaria y enfermeras. Otra asignatura pendiente es concienciar a la
sociedad para que denuncie. Que no lo haga solo la víctima. El 40% de
los españoles culpa a la maltratada de su situación por seguir con su
maltratador, según datos de Igualdad. Ante la cifra Carmen recuerda que
hay muchos motivos que dificultan dar el paso.
Casadas o no, la misma violencia
Las declaraciones del obispo de Alcalá de Henares y responsable del
área de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Reig
Pla, que afirmó que los matrimonios católicos "son menos dados a la
violencia de género que las parejas de hecho" han desatado la polémica.
Las asociaciones de mujeres y los expertos han saltado al vuelo
criticando con dureza las palabras de Reig Pla. La violencia se produce
en cualquier tipo de familia, dicen. También en las católicas.
El
42% de las 71 mujeres víctimas mortales de la violencia machista en 2010
estaban todavía casadas, según datos de la secretaría de Estado de
Igualdad. Sin embargo, si se restan a esas 71 mujeres todas aquellas que
aún no estaban en edad de casarse (jóvenes de 16 años, por ejemplo), la
cifra superaría el 49%. El delegado del Gobierno contra la Violencia de
Género, Miguel Lorente critica a Reig Pla y se pregunta: "¿Por qué en
vez de excusar a los matrimonios católicos de que no sufren violencia no
asumen el problema y aportan soluciones?".
También el ministro de
Presidencia, Ramón Jáuregui, opinó que la Iglesia "puede hacer mucho
por la igualdad entre varones y mujeres". "Es importante", dijo, que "no
equivoque el diagnóstico" sobre las causas de la violencia de género.
Igualdad
se apoya en otro dato para desmontar la teoría del Obispo de Alcalá de
Henares: el 54,17% de las llamadas realizadas al 016 este año para
consultar problemas de violencia machista son de mujeres casadas. Un
porcentaje que se eleva al 72% si se contabilizan solo a las mujeres que
están en edad de casarse. Las órdenes de protección otorgadas a las
víctimas también están equilibradas.
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