La
muestra, que viajará también a Madrid y Galicia, se puede ver en el Museo de
Historia de Cataluña
FRANCESC
ARROYO - Barcelona - 18/01/2011
"Contra
la ignorancia, escuelas, periódicos y libros; contra la miseria, Asociación".
La asociación a la que el cartel hace referencia es la Asociación Internacional
de Trabajadores (AIT), embrión, junto a la CNT, del movimiento
anarcosindicalista español de cuyo nacimiento se cumple ahora un siglo. Una
exposición, breve pero densa, recuerda estos cien años en el Museo de Historia
de Cataluña (Barcelona). Se trata de un paseo seccionado en cuatro periodos: el
nacimiento (1910-1931); la República y la Guerra Civil (1931-1939); los años
negros de la dictadura (1939-1975), y el presente (1975-2010).
Parte
del material que se ofrece es inédito y otra parte está adaptada al hecho de
que la exposición se halle en Barcelona, de ahí que se haya recurrido a
publicaciones hechas en Cataluña, que serán sustituidas por otras cuando la
muestra viaje a Madrid o Galicia.
La
exposición tiene carácter deliberadamente divulgador de la historia y también
de la voluntad del presente anarcosindicalismo. "Queremos desvincular las
ideas de violencia y anarquismo. Han estado asociadas históricamente, pero en
la anarquía hay también un mensaje de pacifismo transformador", explicaron
los comisarios de la muestra, Rafael Maestre y Cristina Escrivà. Una idea en la
que coincidió Maria Angels Rodríguez, presidenta de la Fundació Salvador Seguí,
que ha colaborado aportando algunos materiales.
El
visitante podrá apreciar portadas de diarios, folletos, carteles, sellos de
agrupaciones, una carta escrita en clave y con tinta invisible y discos con
himnos como A las barricadas y Los hijos del pueblo, que el visitante
podrá escuchar en unos cascos habilitados al respecto. Hay también libros de
autores anarquistas como Bakunin, Kropotkin, Eliseo Reclús o un curioso texto
de Luis Huerta titulado Prostitución, abolicionismo y mal venéreo,
editado en 1933 y que apunta a la preocupación por el estatus de la mujer, en
la misma línea que El placer recíproco, de Smolenski, editado en 1936
con el subtítulo de Antología del placer conyugal.
Y,
por supuesto, no faltan los mensajes. Desde el UHP, que alguien puede hoy
confundir con un improperio pero que es en realidad un llamamiento propio del
comunismo libertario: Uníos Hermanos Proletarios, hasta la afirmación de Reclús:
"La anarquía es la más alta expresión del orden", pasando por la
portada de un diario de 1934 en el que se titula a toda página
"Crisis" para afirmar en el sumario que en España hay una crisis de
"vergüenza, libertad y trabajo". Otros denuncian la situación
provocada por la insurrección militar de 1936: "Llegaron los bárbaros con
sus armas bendecidas por el Papa".
Y hay también una vieja vietnamita (sistema rudimentario
de impresión de octavillas utilizado durante el franquismo), el despacho de una
agrupación y el símbolo del exilio: una maleta y un libro. Nada extraño en unos
hombres convencidos de que "la mejor arma del progreso es la
cultura".
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